Los rosales abarcan una amplia variedad de leñosas, que suelen ser cultivadas en jardines o terrazas, con un fin mayormente ornamental y decorativo. Es importante saber cómo podar rosales para que luzcan perfectamente en nuestro jardín.
Es posible ubicarlos en diversos lugares: aislados o agrupados, siempre bajo la protección del sol directo y el agua sobre las hojas y flores.
Pueden verse como arbustos, setos, como cubiertas de espacios, pilares, en macetas, jardineras, en fin, las posibilidades son amplias mientras se lleven a cabo medidas de protección que aseguren su prolongada vida.
Los colores de los rosales también son muy variados, comenzando por un blanco perlado, pasando por toda la gama de colores vivos como el rojo, rosado, azul, amarillo, llegando hasta un púrpura intenso. Las combinaciones son infinitas. Normalmente las rosas se cortan y se presentan o exhiben con el tallo cortado, cuando la realidad es que muchas se mantienen mejor unidas al tallo, cultivadas y apreciadas en espacios inmaculados como invernaderos.
Qué tipos de rosales existen
No se sabe cuántas especies de rosales existen en la actualidad, siempre se trata de innovar, presentando nuevas propuestas con colores más atrevidos e injertos más desafiantes, creados a partir de la espontaneidad. El invento del ser humano ha tenido como consecuencia la creación de más de dos mil quinientas especies de rosales.
En esta nota se pueden clasificar siete tipos de rosales principales: el primero son los rosales miniaturas, que no sobrepasan los quince centímetros de altura.
Seguidamente, se encuentras los rosales polyantha, cuya altura puede alcanzar los cuarenta centímetros de altura pero producen rosas más pequeñas. Otro tipo de rosales es los floribundos, que, si bien suelen confundirse con los polyantha, su tamaño es el doble, y sus rosas más grandes, aunque con menos pétalos.
También se encuentran los rosales híbridos de té, los cuales nacen a partir del cruce de la Rosa indica con algunas especies provenientes de Europa. El resultado es rosas de gran tamaño, con longitud en sus pétalos centrales.
Otro tipo de rosales, muy popular, son los rosales de pie alto o en arbolito, que pueden alcanzar una altura de hasta un metro y medio, y se injerta varias veces para lograr una copa perfectamente redondeada, muy frondosa de follaje y rosas.
De igual modo, destacan los rosales llorones, los cuales se presentan en forma de arbusto o arbolito, al igual que el anterior, y su origen está relacionado a las especies trepadoras. El resultado es una copa caediza con hasta un metro sesenta de altura.
Por último, pero no menos importante, se pueden ubicar los rosales trepadores y sarmentosos, los cuales suelen ser un poco más débiles de tallo y sin espinas (algo extraño en los rosales). Los sarmentosos, por su parte, presentan un tallo más fuerte y una cantidad considerable de espinas.
Cabe mencionar que los rosales se adaptan casi a cualquier suelo, aunque el más recomendado es una tierra rica en nutrientes, con soltura y fácil drenaje que permita una buena distribución de las raíces. Todos pueden soportan la exposición controlada al sol, mediante mallas protectora o lugares frescos, techados, y aireados.
Materiales necesarios para podar Rosales
- Tijera de jardinería afilada, para realizar cortes limpios.
- Escalera de aluminio o andamio para partes más altas.
- Gafas, guantes resistentes y de seguridad.
Cómo podar Rosales correctamente
1. El rosal se podan por lo menos una vez al año, ya que las rosas aparecen sobre los brotes que se dan anualmente. En este sentido, lo más recomendable es hacerlo a finales del mes de marzo, que es fuera del período de heladas o temperaturas más adversas.
Esta poda puede complementarse con una segunda poda en el mes de diciembre para eliminar cualquier resto de madera muerta o enferma.
2. Para la poda de rosas, se usan las tijeras muy afiladas, para así evitar cualquier daño a la estructura de la planta. Se realizan cortes diagonales, a ras de encima de la yema, con una distancia que los separe no mayor a los cinco centímetros.
Si se desea eliminar una rama por completo, lo que se debe hacer es cortar al borde de la inserción, evitando tocar el tallo a toda costa.
3. Eliminar chupones que brotan del portainjerto, ya que no aportan nada a la planta. Eliminar cualquier flor o rama marchita, que afea e impide el sano crecimiento del rosal. Se debe cortar dos hojas por debajo del segmento que se quiere podar.
Hay ocasiones donde hay brotes con tres capullos, y puede que los tres produzcan rosas, pero habrá uno que produzca una más grande y bella entre las tres, motivo por el cual se deben cortar dos de los capullos restantes que permitan el desarrollo y crecimiento de esa rosa.
Qué es el rosal de pie alto o en árbol
Aquí te explicamos cómo podar un rosal, pero antes te explicamos una serie de curiosidades y beneficios. El rosal de pie alto, árbol de rosal, o sencillamente rosales, a pesar de ubicarse dentro de la categoría de “árboles”, en realidad nunca alcanzan un tamaño o grosor que les permita atribuirse ese nombre. Más bien, se trata de “grandes arbustos” de rosas. Sin embargo, se puede afirmar que éste es un híbrido entre un árbol y un rosal normal.
La realización u origen del rosal de pie alto se hace a través de injertos. Un ejemplo de estos injertos pueden los injertos de ciruelos o melocotones, que suelen hacerse durante el otoño, lo que permite adherirse y desarrollarse lentamente, para que en la primavera crezcan las primeras ramas, tomando la forma de un rosal.
Cabe destacar que los árboles utilizados para hacer los injertos son los Troncos de Rosal Silvestre, principalmente. Sin embargo, es posible utilizar troncos pequeños que no se hayan desarrollado mucho; éstos pueden aceptar la incrustación y crecen, transformándose en el rosal de pie alto. Algunos árboles base pueden ser los troncos de melocotón, almendro o granado.
Curiosidades y beneficios del Rosal de pie alto
Una de las características que resulta más sorprendentes para las personas es lo que se describió anteriormente, que es un árbol que nace a partir de injertos. Es importante mencionar que no es del todo fácil conseguir que florezcan estos árboles, muy afortunada es la persona que logre conseguirlo al primer intento. El resultado de este injerto son árboles con troncos no muy gruesos pero con iguales características a las de un árbol, tupidos no sólo de hojas, sino también de rosas, entre las cuales se ubica el rosal miniatura, como las más comunes.
Las rosas poseen un agradable aroma y sus usos son de tipo ornamentales y decorativos, por su atractivo aspecto y colores vivos. De igual modo, la vida de estos árboles dependerá del mantenimiento y poda que se les realice. Algunos pueden alcanzar más de cincuenta años.
Materiales necesarios para podar un rosal de pie alto
- Tijera de jardinería muy afilada.
- Guantes y gafas de seguridad.
¿Cómo podar un rosal de pie alto?
1. Al igual que todos los rosales, la poda debe realizarse en pleno invierno (en lugares con climas suaves), pero si se encuentra en zonas más frías, la poda debe llevarse a cabo finales de invierno, cuando ya ha disminuido el frío. Lo principal es eliminar las ramas secas, muertas, dañadas o enfermas. La idea es conseguir una copa aireada, no muy tupida para que las ramas saludables respiren y crezcan sin problemas.
2. También, es conveniente eliminar los chupones que brotan de portainjerto, ya que es frecuente que estos salgan y no son útiles; no aportan flores y consumen nutrientes. De igual modo, deben eliminarse las flores y marchitas y frutos pasados, ya que afean y dan mala presencia al rosal de pie alto.
3. Los cortes deben ser limpios, con las tijeras bien afiladas para evitar cualquier maltrato al árbol; deben realizarse por encima de una yema, puede ser a un centímetro.
Con estos pasos tendrás unos rosales mas frondosos y con más rosas.
Ahora que ya conocemos la poda de rosales correcta de varios tipos, te recomendamos cómo podar otro árbol que puedas tener en tu jardín también decorativo: